lunes, 10 de mayo de 2010

El diccionario del diablo.

El perfecto manual de la incorrección política. Escrito hace más de un siglo atrás por Ambrose Bierce, el "gringo viejo", sus definiciones siguen tan vigentes como siempre.

Abstemio, s. Persona de carácter débil, que cede a la tentación de negarse un placer. Abstemio total es el que se abstiene de todo, menos de la abstención; en especial, se abstiene de no meterse en los asuntos ajenos.

Aburrido, adj. Dícese del que habla cuando uno quiere que escuche

Altar, s. Sitio donde antiguamente el sacerdote arrancaba, con fines adivinatorios, el intestino de la víctima sacrificial y cocinaba su carne para los dioses. En la actualidad, el término se usa raramente, salvo para aludir al sacrificio de su tranquilidad y su libertad que realizan dos tontos de sexo opuesto.

Antiamericano, adj. Perverso, intolerable, pagano.

Baco, s. Cómoda deidad inventada por los antiguos como excusa para emborracharse.

Belladona, s. En italiano, hermosa mujer; en inglés, veneno mortal. Notable ejemplo de la identidad esencial de ambos idiomas.

Bruto, s. Ver Marido.

Cañón, s. Instrumento usado en la rectificación de las fronteras.

Celoso, adj. Indebidamente preocupado por conservar lo que sólo se puede perder cuando no vale la pena conservarlo.

Cerradura, s. Divisa de la civilización y el progreso.

Cínico, s. Miserable cuya defectuosa vista le hace ver las cosas como son y no como debieran ser. Los escitas acostumbran arrancar los ojos a los cínicos para mejorarles la visión.

Cristiano, s. El que cree que el Nuevo Testamento es un libro de inspiración divina que responde admirablemente a las necesidades espirituales de su vecino. El que sigue las enseñanzas de Cristo en la medida que no resulten incompatibles con una vida de pecado.

Dentista, s. Prestidigitador que nos pone una clase de metal en la boca y nos saca otra clase de metal del bolsillo.

Difamar, v. t. Decir mentiras sobre otro. Decir verdades sobre otro.

Distancia, s. Único bien que los ricos permiten conservar a los pobres.

Egoísta, s. Persona de mal gusto, que se interesa más en sí mismo que en mí.

Fe, s. Creencia sin pruebas en lo que alguien nos dice sin fundamento sobre cosas sin paralelo.

Historia, s. Relato casi siempre falso de hechos casi siempre nimios producidos por gobernantes casi siempre pillos o por militares casi siempre necios.

Hombre, s. Animal tan sumergido en la extática contemplación de lo que cree ser, que olvida lo que indudablemente debería ser. Su principal ocupación es el exterminio de otros animales y de su propia especie que, a pesar de eso, se multiplica con tanta rapidez que ha infestado todo el mundo habitable, además del Canadá.

Ignorante, s. Persona desprovista de ciertos conocimientos que usted posee, y sabedora de otras cosas que usted ignora.

Inmigrante, s. Persona inculta que piensa que un país es mejor que otro.

Inmoral, adj. Impráctico. Todo lo que resulta poco práctico para los hombres, llega a ser considerado perverso e inmoral. Si las nociones humanas del bien y del mal tuvieran otra base que la utilidad; si se originaran, o pudieran originarse, de otro modo; si las acciones tuvieran en sí mismas un carácter moral independiente de sus consecuencias; entonces toda la filosofía sería una mentira, y la razón una enfermedad de la mente.

Ladrón, s. Comerciante candoroso. Se cuenta de Voltaire que una noche se alojó, con algunos compañeros de viaje, en una posada del camino. Después de cenar, empezaron a contar historias de ladrones. Cuando le llegó el turno a Voltaire dijo:--Hubo una vez un Recaudador General de Impuestos --y se calló. Como los demás lo alentaron a proseguir, añadió:--Ese es el cuento.

Ligas, s. Bandas elásticas destinadas a impedir que una mujer salga de sus medias y devaste el país.

Mano, s. Instrumento singular que se usa al extremo de un brazo humano, y que por lo general se encuentra metida en un bolsillo ajeno.

Matrimonio, s. Condición o estado de una comunidad formada por un amo, un ama y dos esclavos, todos los cuales suman dos.

Occidente, s. Parte del mundo situada al oeste (o al este) de Oriente. Está habitada principalmente por Cristianos, poderosa subtribu de los Hipócritas, cuyas principales industrias son el asesinato y la estafa, que disfrazan con los nombres de "guerra" y "comercio". Esas son también las principales industrias de Oriente.

Océano, s. Extensión acuática que ocupa dos tercios del mundo hecho para el hombre, que casualmente carece de branquias.

Palacio, s. Residencia bella y costosa, particularmente la de un gran funcionario. La residencia de un alto dignatario de la Iglesia se llama palacio; la del fundador de su religión se llamaba pajar o pesebre. El progreso existe.

Patriota, s. El que considera superiores los intereses de la parte a los intereses del todo. Juguete de políticos e instrumento de conquistadores.

Piano, s. Utensilio de salón para domar al visitante impenitente.
Se hace funcionar deprimiendo las teclas y el espíritu de los oyentes.

Plomo, s. Metal pesado, de color gris azulado, que se usa mucho para dar estabilidad a los amantes livianos, particularmente a los que aman mujeres ajenas. El plomo es también muy útil como contrapeso de un argumento tan sólido que inclina la balanza de la discusión hacia el lado del adversario. Un hecho interesante en la química de la controversia internacional, es que en el punto de contacto de dos patriotismos, el plomo se precipita en grandes cantidades.

Policía, s. Fuerza armada destinada a asegurar la protección al expolio.

Ruido, s. Olor nauseabundo en el oído. Música no domesticada. Principal producto y testimonio probatorio de la civilización.

Tsétsé, mosca, s. Insecto africano (Glossina morsitans) cuya mordedura es considerada el remedio más eficaz contra el insomnio, aunque algunos pacientes prefieren ser mordidos por un novelista norteamericano (Mendax interminabilis

Tumulto, s. Entretenimiento popular ofrecido a los militares por espectadores inocentes.

Vidente, s. Persona, por lo general mujer, que tiene la facultad de ver lo que resulta invisible para su cliente: o sea, que es un tonto.

Voto, s. Instrumento y símbolo de la facultad del hombre libre de hacer de si mismo un tonto y de su país una ruina.

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